18 de febrero de 2012

no se muy bien sobre que pierna bailo
a veces me agarra
perdi mi cupo para gas nervioso
y noticias pirata





Tan cebada en mí, tan espesa en mi forma que no me importan ya los carteles luminosos de las loterías o dejar a mis amigos en bares rondando Buenos Aires. Y pienso palabras en mi mente mientras a la hora de escribirlas me achico y termino tratando de especificar el punto que no reconozco. Sola en mi esplendor, reconociendo que no todo era tan rosa y tratando de ver ese vaso a medio llenar, ganas de mandar todo al carajo tengo. Cuando las cosas se ponen feas y duras y festejar parece el único camino me gustaría irme sola, como hice esta noche de muy buena manera y decirles a todos que se jodan un poco, que la noche es buenosairina y eso implica tanta humedad como la que mi cuerpo sucumbe frente a un hombre inexistente. Es tan fácil para todos con sus diecinueves años, que tiene cultura que saben de esto o tienen estética o se creen lindos o ni siquiera les importa. A mí no solo me importa sino que a pesar de que bastante bien me salga nunca lo voy a poder bien. Y me encantaría un hombre. Me encantaría encerrarme en un taper hasta que deje mis problemas, hasta que mis complejidades me abandonen, la parte que me rio de lo que pensé o sentí y no solo me siento alejada de ese sentimiento sino que me siento grande como un dibujo borrador que fue limpiado y rehecho y solo quedan las marcas de lo viejo pero lo más lindo sobre el lienzo. Pero no estoy en esa parte y me exijo tanto todo el tiempo y tengo tantas hormigas en el orto, cómo me gustaría tenerlas de verdad y que bailen y jueguen y vibren y yo ahí realmente, relajada. Se me puede calificar de reflexiva, o de loca de mierda porque pienso tanto todo y quiero que las cosas salgan bien, eso lo principal. Cuando uno quiere que las cosas salgan bien no importa la edad o el coeficiente intelectual porque quieren que salgan bien. Estamos viviendo y queremos vivir tan bien que nuestra vida sea ejemplar. Mi mejor amigo, mi hermano del alma me dijo que me iba a llegar ese momento cuando encontrase el amor. Todos encuentran el amor y nisiquiera llegaron a los veinte. Yo puedo decir que viví una vida bien, que conocí ciertos aspectos interesantes, que como buena observadora me deleité con acontecimientos que para otros hubieran sido insignificantes, pero tan lejos estuve de enamorarme. Tan lejos de sentir esa plenitud inmensa inmersa que se tiene frente al amor. Los hombres que me atrajeron tuvieron cada uno sus complejidades. No quiero más complejidades. No quiero más nada. Tanto esperar, tanta felicidad de reecontrame conmigo misma. No quiero reecontrarme mas con nada, no quiero decir qué buena esta situación porque me soba. Porque no es tan terrible pero quiero otra cosa. Parece mentira que de repente grite mil versos y haga hecho lo que nunca se me ocurrió: sumergirme en whisky pero con un fin artístico, como descompensador de la mente liberador del clítoris que parece que lo tengo en cadenas, cadenas de exigencias. Yo estoy llorándole al mundo con lágrimas de whisky. Yo enumero y no puedo para en la conmoción de querer estar en la inconsciencia e tal que pueda largar todo. Me dibujé un espiral en la mano para no volver a caer en lo mismo pero más grande. Me fijo en la cohesión de este texto. Quiero aire, quiero luz. Salir corriendo, hui de mi cita con mis amigos, no quería gente, no quería ruido. Quería caminar bajo el agua de buenos aires con alguien, amarlo, cogérmelo con tal furia en un pasillito sin que nadie nos vea. Tal vez podría ser una mujer. Es raro cuando uno no es bisexual querer estar con alguien de su mismo género. Las complejidades personales llevan a un nivel de saturación tan superior que queremos drenarlo con la pulsión sexual más imponente que nos pueda atrapar, la fantasía mas grande el fetiche dorado. Pero eso no es amar a alguien del mismo sexo. Es solamente volcar sobre él las irresolubles cuestiones que nos usurpan los ojos. Es empezar a besarla y sentir que sus labios comparten algo de ese trauma e ir bajando y encontrarle lunares en la panza. Localizar un pupo que esconde mugre pero también pliegue, seguir animandose y encontrar un clítoris precioso y dispuesto a abrirse a acabar en la boca, la mas preciada arma de las palabras. Es obligar a cerrar la lengua, a que no pueda salir nada. Morbo más patología. Mezclarlo con un hombre, una protuberancia hermosa con la que se juega. El hombre te penetra, te la mete, te hiere espantosamente. Es hermosa esa senascion de privación. No existe cosa igual. Por eso ninguna mujer podría explicárselo a un hombre, que te estén adentro es mas que una unión, es una batalla campal conocidísima en la que solo se trata de mover las piezas sabidas de una manera incandesente.
Quiero gritar sin parar

Quiero quedarme sin garganta

Quiero destrabar a este mundo

Quiero que se me hichen las encías


Y me sangren sin parar


Quiero una solución
Y no hay una solución


Vida perfecta


Académicamente correcta


Recreacionalemnte perfecta


Estéticamente perfecta


Socialmente perfecta


Fotográficamente perfecta.


Saludablemente perefecta


No puedo vivir en paz porque se que algún día voy a estar gorda


Lo sé


No quiero hacer mas cosas de las que hago


Quiero dejarlas todas sin haberlas empezado


Quiero dejar de taparme


Quiero desnudarme


Y deporte
Quiero solo hacer deporte



Quiero estar linda con el maquillaje corrido


Y habiéndome enamorado de mi mejor amigo


Y quiero llorar hasta cansarme


Quiero dejar de especular
Con la estrategia mental


Quiero des ahogarme


Quiero caminar por buenos aires


Con alguien que solo quiera caminar conmigo.

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