18 de enero de 2011

Señoras y señores: hoy no hablaremos. No vamos a decir nada de nada, nuestra obra se basará en no explicarles de qué se trata toda esta puesta en escena. Queridísimo espectador, no todo es un conservatorio, la gran escuela. Nos limitaremos a ser actores escupiéndoles la peor baba a su público. Decapitaremos a los de la primera fila, osaremos reirnos de los de la última. No se trata de teatralizar sino de realizar y acá que quede bien claro que más de uno ve sin mirar esperando a que la saliva les manche las narices. Para la cartera de la dama, el bolsillo del caballero, la verdad se les presenta a la vista de sus ojos; sepan apreciarla y después de encontrarla saquen sus paraguas y, de butaca en butaca, destrocen las partes de lo que queda de sus compañeros de sala. Se los aseguro, ¡No se arrepentirán! y cuando todo finalice, aplauda. Párese. grite, entusiásmese. La trama ha concluido y aunque no se quiera por nada en este mundo, ya está todo horrible e inevitablemente dicho.

17 de enero de 2011


Me metería en tu agua nauseabunda,
me iría comiendo cada alga y te bebería con placer.
Me zambulliría en tu lago, que malhumorosamente es el mio,
me dejaría morir en ese salpicón.
Diría todo, absolutamente todo lo que se me pasase por la cabeza.
Sin conexiones, o esperanzas a lo dicho por su estética,
a lo dicho por el placer mismo de decirlo.
Enfermarme.
Nunca es bueno enfermarse.
Yo lo elijo,
yo me enfermo y me meto en el río
vos sos el río,
yo elijo enfermarnos en un charco de mojarritas,
en bocados de renacuajos,
en gotitas de zanja,
en estropajos de ideas,
yo elijo concebirte.
concebirnos.

5 de enero de 2011

Sería malpensar.
Qué sincera pena
estarte tan cerca
y no instante.
Instarte.
Serte mi instancia.
Peste mi tiempo, mi sube y baja.