27 de marzo de 2012




Ciertamente, ¿es posible?




Dejar a los muertos en el placard para saber que me esperan, haciéndome acordar que en las noches tengo compañía. Y degustando el augurio, nos abrazaríamos conjuntamente. ellos por estar vivos, yo por estar con ellos. A veces la condición entorpece el ver, yo tengo tanto llanto que no lloro. Y los muertos podrían llegar a estar tan podridos que la vida se les caería de las manos. Lo obsesivo sería no aceptar que ya no viven más, aunque se efectúe lo contrario. Una planta seca es una flor muerta. Se mire desde donde se mire. Una piedra es una piedra. Cebarse con una persona hasta querer besarle el cuero cavelludo para terminar hincándole el diente y arrancándoselo, no es una piedra. Intentar. Probar para que las cosas se den, lo es.




Ciertamente ¿es posible?




intentar desintoxicarme de las obsesiones, de los rotuladores. Tengo tantas ganas de silencio que me tiraría en Avenida de Mayo a mirar el cielo.




Tengo tanto espacio espacio en mí. Dentro de mi cuerpo parece que habitara otra ciudad. Nadie quiere entrar.




Ciertamente ¿es posible?




Dejar los excesos




dedicarse a otra cosa.

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