23 de agosto de 2011

Hola corazón algún que otro instrumento te ha hecho tocar el timbre equivocado y con la mala de tu suerte te quedaste apretándolo en el mejor lugar sin electricidad. Te han agarrado y transformado en coctelera, pero ¡Oh corazón! no te produzcas a las tres de la tarde para salir a la media noche sin plata ni entradas, ni planifiques cómo bailarán tus válvulas (tu sistema corpóreo no es un juego y vos estás muy dulce para hacerte el inmaduro). A verte, mi querido, en tiempo, forma y espacio; un cruel papel que limita en el cronograma del amor, en esta masa de nuestro Oh, corazón.

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