9 de noviembre de 2011

Temor a la división de los fuegos. Necesidad de simbiosis, pero la uniformidad es tan traicionera. A vos, sí, a vos te hablo Florencia M, F Magdalena, si te agradaba tu soledad, tu estado de autoconocimiento, mapa de tu cuerpo que estabas re-caminando ¿y ahora porque tus compañeritas picotearon del amor que buscaban te vuelven las ganas? No, florcita, floripondia, sos eso, una flora chiquitita combinada con fauna de tu humanidad pero con la inmadurez. Dura como pocas, verde como ninguna ¡Ay del que te muerda! que lo vas a dejar sin dientes cuando el pobre solo quería probar (te). Escurridiza, sos sincera cuando te decías agua salada que le da de tomar a todos para dejarlos con más sed ¿y vos? pareciera que no querés parar de ser parte del cardumen, vestirte bien, comer bien, amar bien, oler bien, hablar bien, escuchar bien, gozar bien, estudiar bien, trabajar bien. Pero fallás, mi querida, sos una eterna buscadora que patea y patea. Y es este momento está tranquila en sí misma. Y estudiás tan lento que no vale la pena. Y dejás todo lo dejable. Y querés seguir buscando. Ante todo buscar, buscar, buscar. Expandirse, llegarse, tranquilizarse, buscarse, amarse.

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