Sadismo perpetuo
me estrangulás el aire,
el peso.
Me tenés en el puño de mi mano
me dejás en una carrera en la que soy la única competidora
y pierdo.
Voy tan rápido
que doy la vuelta al mundo
y vuelvo a empezar
justo donde me había quedado.
Descarrilo en pendiente,
en la cascada del agua de ese cuerpo tuyo
que me negocia y hiedra
arrollándome en su intención-
un proceso
en el que soy
el más grande
de los chistes retratados.
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